La vida te puede
sorprender en cualquier momento,
Hay algunos golpes
que uno recibe inesperadamente,
Solemos decirle a
los demás y a nosotros mismos que estamos listos para lo que venga,
Pero
inesperadamente pasan estas cosas.
Decimos mirando al
cielo: ¿Por qué me pasa esto a mi Dios?
Hay que seguir
avanzando.
Hay muchas cosas
que no comprendemos, pero hay que saber que Dios obra en todo,
Él ya lo dejo claro:
“Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que
vuestros caminos, y mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos”
Solo hay que seguir
avanzando, confiando en Dios.
Si, sé que duelen
los golpes de la vida,
Si, sé que asustan
las tormentas,
¿Pero acaso la vida
siempre fue fácil?
Para hacerse fuerte
hay que crecer,
Son estas cosas las
que te hacen ver la realidad.
A la primera que
estamos mal, ya queremos abandonar la Cruz,
Solemos echarle la
culpa a los demás, cuando era parte de la vida,
Queremos ser distintos
pero no dejamos las cosas del pasado,
Si, sé que duelen
los golpes de la vida,
Si, sé que asustan
las tormentas,
¿Pero acaso la vida
siempre fue fácil?
Si no te comprometes
a cambiar seguirás igual.
Recuerda que Dios
tiene grandes cosas para ti,
Tan solo obedece y
no temas, ya que siempre está contigo,
Pese a todo no te
abandonara…
Todo comenzó en esa sala del hospital, fue la última
vez que vi a mi padre con vida y pude charlar con él, entre incertidumbre y
sentimientos encontrados recuerdo exactamente como paso todo.
Padre: ¿Por qué lloras hija?
Zamira: porque la vida es injusta, Dios es
injusto y permite que pase esto.
Padre: Dios no es injusto, no me arrepiento
por todas las oportunidades que tuve y también en las que falle hasta conocer
mi error.
Tampoco lamento todo el tiempo que pase en la
iglesia, lo volvería hacer una y otra vez si volviera a tener la oportunidad.
No me arrepiento de ser cristiano, ni de las
decisiones de mi vida, todo es temporal.
No por mi dolor físico, el dolor del alma si
me preocuparía, sé que estaré en buenas manos, estaré con Dios dentro de poco,
no tengo miedo.
Zamira: ¿ Me vas a dejar sola? ¿ Mientras que tanto te necesito? ¿Que tengo tantos problemas?
Padre: pequeña la vida es dura, tarde o
temprano llegan los problemas y las adversidades que se tienen que afrontar.
Son tormentas que te llevan a crecer y a madurar,
de eso se trata la vida.
Hay días soleados como la primavera y también
hay días lluviosos, fríos y tormentosos
Así es la vida momentos buenos y malos, está
en nosotros si queremos permanecer.
Siempre en lo malo tenemos la oportunidad en
este paso por la vida para darnos cuenta de las cosas.
Pasas malos momentos, Pero aprendes a valorar
y Disfrutar de los momentos buenos.
Es así los golpes y las experiencias son parte
del crecimiento,
Cuando eres pequeño sabes lo que te lastiman y
lo que puede causarte daño,
La muerte es algo que no podemos evitar, es el
fin de la historia de cada uno.
Todos tenemos el mismo destino, la muerte no
significa que haya dejado de existir, seguiré estando pero en paz y en el
paraíso sin dolor. El solo pensarlo me hace feliz.
Aunque no lo creas, nunca estuviste y no estarás
sola, Jesús siempre estuvo contigo, y siempre lo estará para hablarte y
protegerte, inclusive cuando Dios no habla, es que está trabajando.
Zamira: Es injusto en la manera en que
terminas,
En una cama, entubado…
Padre: De cierto modo todos llegamos a nuestro
final, algunos tenemos la oportunidad de hablar y contar las cosas, también
saber que es el fin, a otros les llega por sorpresa,
Como gente que nunca tuvo la oportunidad de
acercarse a Dios para arrepentirse.
Hoy tengo dolor y pese a que el diablo me diga
que no vale la pena este sufrimiento o este dolor, sé que todo pasó por algo.
No le hagas caso pequeña.
Él quiere que pienses que todo esto no vale y
que no debería estar pasando.
Ya sabes no hay nada eterno en el mundo; las
tormentas los días de colores, dias de abundancia y escases, todo eso es un ciclo que tenemos que pasar.
¿Recuerdas lo que paso con el versículo
favorito que yo tenía?
Zamira: Si padre me acuerdo: Y entrando él en la barca, sus
discípulos le siguieron. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan
grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos
y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿Por qué
teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y
al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué
hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
Padre: Exacto, vas a tener tormentas y van a
tirarte abajo pero Jesús siempre estará contigo en todo. Recuerda: Aunque ande
en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
tú vara y tu callado me infundirán aliento.
Te hará crecer, comprender el bien y el mal. Recuerda
que todo sucede por algo, nada es casualidad en la vida. El siempre estará
contigo y siempre te va a proteger, tiene grandes pruebas para ti.
Zamira: Dolerá al principio pero está bien si
esa es su voluntad la seguiré no tendré por qué enojarme eso es lo que busca el
enemigo.
Padre: Que así sea hija. Bueno creo que ya es
hora de irme, recuerda el paraíso me espera.
Solo que en el mundo tendrás aflicción, los
demás te dirán que siendo un cristiano me debió salvar, Todos te llenaran la
cabeza, familiares, amigos etc. Estarás llena de aflicciones pero confía en él,
ya que Jesús venció al mundo
Zamira: Esta bien confiare plenamente en el...
Así como confías en él, padre, sabiendo que te
espera una hermosa vida, te espera algo hermoso del otro lado.
Padre: siempre que
dudas y hay aflicción y veas que todo sale mal no hagas como todos los
jóvenes o personas de hoy en día, así que inclina tu cabeza, mira al cielo ,
mira las nubes y de noche mira las estrellas porque en ese cielo donde voy a
estar ahí estará el.
Siempre recuérdame en el lugar donde estoy y
no en donde la gente quiere que tú veas.
Mi espíritu y mi alma estarán en el cielo, no
lo olvides. Te quiero hija, nunca me olvidare de ti.
Es triste esta despedida pero tu vida fue una
bendición para mí, ya no hay rencor ni odio sobre Dios por haberme quitado la
oportunidad de ver a tu primer novio, a tu primer amor y a tus futuros hijos. Sé
que eres fuerte no permitas que nadie te diga lo contrario.
Sé que como padre tuve malas acciones, cosas
buenas y malas todo en esta vida me ayudo a crecer, perdóname si te herí o te
falle así me iré con la consciencia tranquila.
Una vez más te agradezco por haber sido parte
de mi vida agradezco a Dios por haberte tenido como mi hija serás fuerte y
superarás esto, no escucharas al enemigo.
Zamira: No padre no lo haré, confiare en Dios,
es lo mejor que puedo hacer.
Padre:
(llorando) Antes de irme te pido que oremos...
Señor Gracias por permitirme estos últimos
momentos y estar con mi hija. Gracias
por permitir las palabras que siempre quise decirle, bendice su vida y que todo
lo que venga para ella sea para bien, ayúdala llénala de fuerza y aliento. ¡Cuídala señor! Protégela. Gracias por permitirme
hacer tu voluntad perdón si me falto algo por hacer y si te falle, te pido que
me aceptes.
Gracias padre por haberme dado una vida y una
razón para existir, por permitir infundir tu palabra a mi hija...Gracias padre,
Gracias Hijo, y Gracias Espíritu Santo, Amen.
Hija no te olvides de estas palabras, estaré bien,
estaré en el cielo. Ese el final que me espera. La vida es como una estación de
tren tarde o temprano llegas a la última parada.
Ese es nuestro destino todo depende de
nosotros si la última parada es el cielo o el infierno.
Recuerda eso:
El viaje es lo que importa no el destino.
Nuestras acciones definen nuestro final, Te quiero hija, Cristo te ama, no lo
olvides.
(Se apaga el interruptor y sus latidos se
detienen)
Tal cual se asemeja el fin de un espectáculo,
se cierra su telón marcando el fin de su historia.
Las lágrimas brotaban sobre mí, pero hay una paz,
escucho una voz que dice:
No temas yo estaré ti, él nunca te abandonara.
No te preocupes por lo que paso y no paso, la
muerte es inevitable y todo tiene su fin,
Polvo fuimos y polvo seremos, si se puede decidir en donde
quieres terminar...
Pasaron meses desde esa partida, fue doloroso
y fue una dura batalla, pero gracias a Dios estoy más fuerte y no me quedo en
el dolor del pasado, me sirvió para hacerme más fuerte y crecer.
Si, fue duro avanzar ya que el enemigo quería llenarme
la cabeza y el corazón de angustia, inclusive las personas de alrededor querían
hacerme sentir mal.
Pero Jesús lo dijo una vez: “El
ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
Si vivimos una
vida en angustia y dolor, y queremos seguir por nuestra propia cuenta, no
avancemos ni aunque creamos que es factible, solo hay que confiar en Dios, es
lo mejor que podemos hacer hoy y siempre. Amen.
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